La energía generada a partir de fuentes renovables como el biogás, solar o eólica se llama energía verde. Energía verde es un término usado para describir las fuentes de energía que se consideran medioambientalmente amigables y no contaminantes.
Estas fuentes de energía pueden constituir un remedio a los efectos sistemáticos del calentamiento global y otros tipos de contaminación.
La utilización de biogás se puede dar en las plantas de tratamiento de aguas residuales, plantas de digestión de residuos sólidos y vertederos de residuos sólidos, donde el biogás puede ser recogido y utilizado. Cuando el biogás se produce por medio de un proceso anaeróbio, este se compone de metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2), junto con algunas trazas de gases tales como vapor de agua, sulfuro de hidrógeno (H2S), nitrógeno (N2), hidrógeno (H2) y oxígeno (O2).
La concentración de sulfuro de hidrógeno en el biogás puede variar de 250 ppmv hasta varios porcentajes en volumen; tiene un olor ofensivo de “huevos podridos” en concentraciones tan bajas como 50 ppbv y es tóxico a concentraciones superiores a 100 ppmv.
En algunas aplicaciones el H2S debe eliminarse antes de la utilización del biogás, por razones de salud, seguridad, medio ambiente y por el hecho de que el gas de sulfuro de hidrógeno es corrosivo (puede dañar equipos similares; motores de gas (CHP), calderas, tuberías etc.)
También se requiere la desulfuración del biogás cuando se actualiza a la calidad del gas natural para su inyección en la red de gas.